29 Jul La internacionalización nace
Cuando hablamos de internacionalización se nos olvida que más que pasos a seguir se trata de modos y personas, caracteres y personalidades. Y es que, me refiero a que si ya de por sí el carácter de un empresario ha de ser emprendedor, las personas, los directivos y los profesionales que trabajan en una organización internacionalizada deben salir de su zona de confort constantemente y ser capaces de enfrentarse diariamente a estos retos, pero sobre todo deben saber resolverlos.
Por eso, la internacionalización en las empresas tiene que nacer del carácter de las personas que la forman, y no venir impuesta por modas, por circunstancias del mercado o por ve tú a saber qué otra circunstancia.
Bajo este prisma, Resuinsa, empresa valenciana fabricantes de textiles para el sector de la hostelería y tras largos años de experiencia y profesionalización, decidió dar ese gran salto de la mano de las principales cadenas hoteleras. En el año 2.000, la compañía abrió sus puertas a la internacionalización de sus productos y hoy, 16 años después, es la única empresa de su sector que trabaja en 81 países diferentes y está presente en los cinco continentes. Además de facturar el 40% en este tipo de mercados.
El querer trasladar esta experiencia, el contarla de primera mano y que a otras muchas empresas les sirva de ayuda, me ha llevado a participar en el curso ‘El ABC de la Internacionalización’ de la Escuela de Negocios EDEM. Una experiencia enriquecedora porque uno también recibe muchas visiones de diferentes sectores que te permiten ampliar tus miras. Pero también creo que si de internacionalización hablamos, el déficit de formación, tanto para los profesionales como para las empresas, todavía es patente en nuestra sociedad. Una amplitud de miras que son necesarias para aquellas personas que dan el paso de la internacionalización porque siempre la han de llevar por bandera.
Y es que considero que el reto de las empresas, en cuanto a internacionalización, no pasa por seguir una serie de pautas sino por la necesidad de profesionales con una mentalidad más abierta, capaz de enfrentarse constantemente a los retos diarios y a las vivencias que los profesionales que estamos en el exterior nos encontramos en nuestros caminos. Y de ahí este curso, para sembrar la semilla de la personalidad inquieta. Pero la internacionalización también es algo mucho más profundo y que da sentido a esta idea, entender cómo funciona el mundo y los mercados globales y la capacidad que el mundo online ha dado a la internacionalización. Una capacidad por la que Resuinsa también apostó en el año 2.012, porque nuestra meta ya no es Europa, sino el mundo.
No se trata de salvar los muebles y vender en el exterior como solución a la crisis o a la caída de la demanda en el mercado nacional, se trata de apostar, se trata de arriesgar, se trata de aportar, de emprender, de abrir los ojos de salir de la zona de confort, de enfrentarse a nuevos retos y aventuras y para eso no se puede ir con el libro bajo el brazo, porque perdónenme la internacionalización nace, no se hace.