12 Dic Arlandis: “Animo a quien tenga una idea que persiga su sueño”
Marisa Arlandis pasó de trabajar en la banca a iniciar una nueva vida como propietaria de una casa rural. Aunque afirma que los inicios fueron duros, cumplió su sueño: “Dar este salto ha sido una gran aventura”. En esta entrevista nos cuenta qué le supuso este cambio y cómo ha sido poner en marcha su proyecto.
¿Cómo pasó de dedicarse a la banca a poner en marcha una casa rural?
Era un proyecto que llevaba en mente desde hace algunos años. Hace 11 decidí comprar la casa de mis abuelos a la familia, y rehabilitarla poco a poco manteniendo el estilo tradicional y respetando materiales originales de construcción como suelos de barro, muros de piedra y vigas de madera. Durante varios años trabajé en mi tiempo libre en ella, compaginando jardines, pintura y restauración de muebles que teníamos de mi abuela. Siempre pensé que me jubilaría aquí y que en el futuro montaría mi hotel rural. La suerte es que he podido iniciar este proyecto algunos años antes.
Personalmente, ¿se trató de un cambio muy radical?
No tener nunca vacaciones, no poder planificar y no tener estabilidad económica no suena nada atractivo, pero estoy haciendo lo que quiero, he convertido mi ocio en mi trabajo. Creo que es un sueño. Dar este salto ha sido una gran aventura y un gran cambio de vida. Lo que más valoro por encima del resto es la flexibilidad y la posibilidad de adaptar los horarios y, con ello, poder disfrutar más horas de la familia.
He cambiado los despachos por el trabajo al aire libre buscando actividades en la comarca o en Valencia para que nuestros clientes tengan la agenda llena cuando vengan. Visito bodegas, clubs deportivos, restaurantes de la zona, busco rutas por montaña… sin parar pero sin horarios. ¡Es fantástico!
Los comienzos, ¿fueron difíciles?
No hay una guía de supervivencia cuando decides abrir tu propio negocio. Duros, creo que es la palabra que mejor los define. Para empezar esta aventura, tienes que ser un todoterreno dispuesto a todo. La experiencia me ha servido para resolver muchas de las trampas que encuentras en el camino, pero no por ello han sido menos duras.
Los tiempos y las expectativas nunca se cumplen. Eres tú mismo el que inicia las cosas, las sigues y en ocasiones también las ejecutas. Apostar por la diferenciación, la calidad, el servicio y abrirte a nuevos mercados no es fácil, hay un público esperando pero tenemos que llegar a él. Ahora ya puedo respirar e incluso sonreír. Esto es un proyecto de largo plazo, hemos venido para quedarnos y ya estoy recogiendo los frutos del trabajo realizado.
Animo a quien tenga una idea que persiga su sueño; ponga todas sus energías en ello y pase de tener una idea a tener un negocio. Lo del emprendedor está bien, como algo que debe durar cinco minutos, pues la mente debe pasar rápidamente al formato empresario o el mercado te expulsa.
¿Qué le ha aportado el sector de la hostelería a su nueva vida?
Desarrollamos una actividad mayoritariamente relacionada con el ocio y con un modelo de negocio muy participativo. Los clientes siempre tienen ganas de reír y disfrutar con lo que les planteamos, y terminamos en gran medida viviendo esas experiencias. Este positivismo se transmite y la corriente de energía revierte en nuevos clientes que visitarán la zona en el futuro.
Me gusta la relación que mantengo con ellos y los nuevos amigos que se van sumando en el camino. Creo que siguen habiendo grandes oportunidades dentro del sector. Tenemos un clima fantástico, sanidad, estabilidad económica y legal, mayor seguridad que la que se puede respirar en otras partes del mundo y todo esto es un coctel de cosas positivas que, sumado a la ubicación en la que tenemos en la casa, rodeados de parques naturales, a pocos kilómetros de la costa mediterránea y la intención de dar un servicio de calidad y confort, suponen grandes valores diferenciadores. Todo ello me dio la energía suficiente para apostar por este proyecto.
¿Siguió algún consejo a la hora de decorar y vestir el establecimiento?
Rodearse de profesionales es imprescindible a la hora de conseguir un establecimiento diferente y de calidad. El asesoramiento de expertos sectoriales como Resuinsa ha sido la clave para conseguir el confort y a la vez la imagen que yo buscaba. La experiencia que tienen los equipos y el cómo te asesoran ha hecho muy fácil el camino. Entrar en sus oficinas es como estar en casa. Y nada más estar allí, quieres formar parte de ello.
He sumado mis ideas y gustos personales a la calidez y calidad de sus textiles, que al final son la clave de tus recuerdos, es lo que se queda en cada uno de nosotros como referencia del local y es lo que en gran medida hará que tomes la decisión de volver a él o no. Quería mantener el sabor del espacio pero aportando la calidez de las habitaciones de los grandes hoteles con camas súper acogedoras.
Yo siempre he apostado por la diferenciación y creo que formando equipo con ellos, lo he conseguido.
¿De qué manera genera experiencias al viajero una casa rural?
Las posibilidades de generar vivencias únicas en una casa rural son infinitas, ya que se mezcla tu modo de vida habitual con el del país que visitas. Creo que se produce una fusión de culturas en el espacio muy enriquecedora, ya que se vive entre muros con historia, en pequeñas poblaciones que siguen manteniendo el sabor de antes, con el olor del campo al abrir la ventana. Respiras aire puro, ves el color del cielo y puedes hacer tu comida al fuego. Pero todo ello siempre vendrá en el fondo dirigido por tus propios gustos; si decides cocinar tú mismo en la casa, es seguro que se generarán nuevos sabores diferentes a los originales y que serán fruto de las tradiciones del país de origen del visitante. Será su propia experiencia la que se lleven en su mochila al volver a casa.
¿Qué hacemos en Casa Rural La Parra? Dejamos volar la imaginación y después en equipo con los clientes desarrollamos lo que será el viaje a medida pero siempre partiendo de una experiencia enológica. Lo tenemos fácil ya que estamos rodeados de viñedos y bodegas con siglos de tradición productora, tenemos una gastronomía propia muy desarrollada y por la que la gente se interesa y, por otro lado, estamos a pocos minutos de varios parques naturales con grandes posibilidades de ocio al aire libre.
Además estamos a 35 minutos de Valencia, con lo que la oferta que ofrecemos es global y muy interesante para el público que viene de lejos, ya que el desplazamiento tan rápido nos permite poder compaginar: la vida en el campo + montaña + vino + deporte + ciudad + cultura + espectáculo + playa.
¿Cuál es el perfil de público que escoge el turismo rural?
Pienso que se está produciendo un cambio de tendencias y gustos. Creo que dando calidad y servicio, ofreciendo todo tipo de actividades, nuestro público es cualquier persona que busque desconectar de su día a día pero fuera de las grandes ciudades y de la velocidad que ellas nos imprimen. Desde grupos de amigos, que buscas escapadas a bodegas o deportes, grupos de meditación o yoga, parejas de escapada romántica, empresas que buscan espacios diferentes para el desarrollo de sus actividades fuera de las paredes de los despachos, familias que quieren disfrutar de sus hijos en el campo con bicicletas o haciendo cualquier otra actividad. Todos ellos son nuestros clientes. Gran parte de nuestro trabajo es pensar de forma abierta, precisamente para hacer inclusivo el espacio, ya sea por ocio o trabajo, y desde bebés hasta personas mayores buscaremos que todos disfruten con el turismo rural y vivan una experiencia que seguro querrán repetir. La oferta rural que nosotros ofrecemos es global en todos los sentidos y por tanto muy atractiva.